- Tras el desarrollo de las piezas mencionadas con anterioridad, podemos decir con total seguridad que el proceso de fabricación es viable para cualquier persona que no tenga una amplia experiencia usando una impresora 3d. Además, si bien en este caso el proceso fue auspiciado por la UPCT, es relativamente sencillo reunir el material necesario, impresora incluida, en un domicilio particular y gracias a esto estas piezas pueden ser desarrolladas por cualquier particular en su casa sin necesidad de recurrir a empresas que fabriquen las mismas. En páginas como la antes mencionada, Precious Plastic (3), se puede descargar de forma libre y gratuita información e incluso planos para la fabricación de las máquinas necesarias para el reciclaje e hilado de diferentes plásticos (Véase objetivo 1).
- Además, estas piezas, al estar desarrolladas con una herramienta de modelado 3d, admiten modificaciones para adaptarse a las necesidades del “consumidor”, en este caso, la persona que diseña e imprime estas piezas. El límite lo marca el nivel de conocimientos o interés del que diseña, pudiendo adaptar la pieza para soportar más torsión, presión etc. (Véase objetivo 2).
- Debido al confinamiento por la expansión del COVID-19 no tuvimos la oportunidad de probar las piezas de forma intensiva en un escenario adecuado para ver si soportaban el estrés y las fuerzas a las que deben ser sometidas. No obstante, en un ámbito más reducido, como es el interior de una vivienda, se pusieron a prueba (si bien no de forma tan intensa como nos hubiera gustado) y cumplieron su papel a la perfección. Esto da respuesta al objetivo 3, aunque queda pendiente una evaluación más exhaustiva de las mismas.
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